Actus non facit reum nisi mens sit rea

De una manera u otra, todos podríamos ser pandas en cautiverio... observados desde las salas de monitoreo de nuestras propias reservas naturales.


lunes, 7 de julio de 2008

¿Cómo mirar la disminución de la pobreza?


“Para lograr una reducción efectiva de la pobreza, es necesario una gerencia estratégica de la inversión social y un adecuado clima para la inversión privada”

Entrevista al Dr. Enrique Vásquez (Profesor e Investigador del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico)
Por: Annie Chumpitaz e Ingrid Rojas


Según el INEI, la pobreza ha disminuido de 44.5% a 39.3%. Esto implica que 1’467,479 pobres han dejado de serlo. ¿Qué opinión tiene al respecto?

Ciertamente, la pobreza, estadísticamente, se ha reducido. Ello está respaldado porque, tanto el Banco Mundial como miembros del CIUP dan fe de que la metodología empleada ha sido lo suficientemente acuciosa como para que el resultado sea sólido.

¿Esto significa que los datos sí son confiables, a diferencia de lo que se decía cuando fueron anunciados?

Cuando uno mira las cifras, estas son estadísticamente confiables. Pero, hay que ir más allá de lo que los fríos números del INEI nos dicen. Por ejemplo, la encuesta encargada por el diario El Comercio al Instituto Apoyo llega a un número muy interesante: El 54% de la población cree que los números no reflejan exactamente esta reducción de la pobreza. Aún más, el 50% de la población cree que la reducción de la pobreza no necesariamente está significando un mayor beneficio para los pobres sino para los que tienen más. En tal sentido, lo que uno debe evaluar es si la gente cree que esos números reflejan su real situación.

Otro elemento por considerar es que el promedio nacional de la pobreza esconde amplios contrastes. Mientras que en las áreas urbanas la pobreza es de 25.7%, en las rurales alcanza un 64.6%. Entonces, ¿qué hacer para que las políticas sociales del Estado tengan mayor impacto en estas zonas?

Es muy importante utilizar los sistemas de información que la Comisión Interministerial de Asuntos Sociales está tratando de construir. Con ello, en las zonas rurales, ya se puede tener una aproximación de las brechas sociales. Es decir, se saben las demandas sociales por los distintos bienes y servicios públicos - que significa protección social -, y se conocen las limitaciones o potencialidades de la inversión pública. Pero lo que se necesita es medir estas brechas para saber exactamente que en la comunidad de Nueva York, que está en Loreto, se requieren tres profesores, dos médicos, cinco enfermeras, enviar raciones alimentarias, enviar comunicadores sociales, formar especialistas en Educación Bilingüe Intercultural. En consecuencia, para enfrentar la pobreza rural, el Estado debe invertir en medir esas brechas sociales en las zonas más pobres y comenzar a bombear los recursos públicos excedentes hacia ellas. Creo que de manera focalizada, se puede hacer.

Si se puede hacer, ¿qué es lo que se necesita?

Gente capacitada, equipos técnicos, que puedan traducir estas necesidades en proyectos viables, socialmente aceptables, de modo que los pobres rurales puedan tener un mejor nivel de vida.

En su opinión, ¿las políticas sociales logran una reducción efectiva la pobreza, o constituyen solo un alivio temporal de la misma?

Tenemos que diferenciar entre alivio y reducción de la pobreza. Las políticas sociales no tienen la contribución que uno espera en la reducción de la pobreza pues lo que tratan es de brindar oportunidades para aliviarla. Los programas de ayuda social (alimentación, salud, educación) buscan que las personas satisfagan sus necesidades del día a día. En cambio, reducción de la pobreza implica que el Estado determine un clima de inversiones que oriente al empresario a generar empleo, sobretodo a la mano de obra no calificada, que es la más abundante en nuestro país. En esta línea, el Estado debe tener dos roles. Primero, mejorar su gerencia estratégica de la inversión social. ¿Qué significa esto? Saber administrar mejor sus propios recursos y generar estándares de eficacia, equidad y calidad en el servicio a los más pobres. A partir de eso, tener la autoridad moral para decirle a las empresas que, a través de inversiones en responsabilidad social, generen sinergias que se traduzcan en un mayor bienestar de la los más pobres.

¿Qué opina de Crecer? ¿Está cumpliendo sus objetivos?

Crecer es un excelente documento escrito. Rescata mucho de lo que se ha pensado y actuado en los últimos 15 años acerca de las políticas. El mensaje más importante es “trabajemos en equipo”, en función de un objetivo común: reducir la desnutrición crónica infantil. Lamentablemente, para traducir esa estrategia en cambios de la calidad de vida se necesita una reforma radical de los procesos de generación de un sistema de información, de logística, de monitoreo, y lo más importante, de medición de impacto.

Entonces, ¿qué significa Crecer en la realidad?

Significa un buen documento y un deseo de alcanzar ese trabajo. Pero, lo que uno percibe en la realidad es que cada uno de los programas trabaja por su propia cuenta. Entonces, esa sinergia que está conceptualmente en el documento todavía no se traduce. ¿Cuál es la raíz de que no exista esta sinergia? En primer lugar, los programas no comparten sistemas de información para identificar a los beneficiarios más pobres. Es imposible saber con precisión si la mamá Ingrid o la mamá Anita está recibiendo ayuda de cada uno los programas, si hay una yuxtaposición o si mas bien está teniendo una mala suerte de un déficit. ¿Por qué ocurre esto? Porque en realidad no usan el DNI como un criterio único para identificar a los beneficiarios. El segundo punto es que los sistemas logísticos, operativos de cada programa, tienen sus propias reglas y tienen definidos sus propias canastas de bienes y servicios públicos que quieren brindar. No han evaluado cuáles son los productos ‘estrella’, y lamentablemente, por las demandas sociales diarias, generalmente mantienen una administración inercial: Seguir haciendo lo mismo que hacían antes, a costa de los más pobres.

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