Actus non facit reum nisi mens sit rea

De una manera u otra, todos podríamos ser pandas en cautiverio... observados desde las salas de monitoreo de nuestras propias reservas naturales.


lunes, 30 de junio de 2008

Propuestas para una mejora de la educación

La calidad del sistema educativo de un país se refleja en los resultados obtenidos por los alumnos en pruebas estandarizadas que son aplicadas a nivel internacional. En la prueba PISA, el efecto país explica bastante los resultados. En cambio, en la prueba LLECE, la variación entre países no es alta. No se puede afirmar que una prueba sea mejor que otra ya que miden distintos aspectos educacionales. Aún así, ambas pruebas están sesgadas porque solo toman en cuenta a los que asisten al colegio. Sin embargo, lo que se le debe reconocer a las evaluaciones internacionales es que han difundido la importancia de la evaluación y permiten hacer ranking entre países.

En los últimos (15) años, la atención de los especialistas en temas de educación se ha centrado en la importancia de la calidad de la educación (quality of education) que se les imparte a los niños, dejando de considerar a la asistencia escolar (schooling) como objetivo principal de las políticas. Esto se debe tanto al hecho de que los ratios de asistencia escolar en el Perú son altos como a los estudios que confirman que valores altos en esta variable no son relevantes. Un ejemplo claro serían los resultados en los exámenes de admisión, que son bastante dispersos a pesar de que los años de educación de los postulantes son similares. Asimismo, cabe mencionar que los resultados de las pruebas nacionales aplicadas en el Perú indican que no hay mucha variación entre departamentos, pero sí al interior de los mismos.

Si bien los exámenes de suficiencia son una proxy de la medición de la calidad, persisten las dificultades en la medición de la calidad de la educación y, especialmente, en hallar sus determinantes. Según el Coleman Report, la calidad de la educación depende de, en orden de importancia, las características de la familia, el contexto en que se desenvuelven los educandos y las características del colegio y los profesores. Dichas características pueden ser observables o no observables. A pesar de que en el Perú, así como en Cuba y Honduras, el efecto de las características no observables es mayor que el de las características observables, es prácticamente nulo lo que el Estado puede hacer en este campo. Aunque el Estado pueda afectar los aspectos nutricionales de los niños e implementar escuelas de padres, su intervención se centra en mejorar las características del colegio y de los profesores. Así, las intervenciones típicas consisten en reducir el tamaño de las aulas, mejorar la infraestructura, ofrecer capacitación a los maestros y utilizar buenos libros.

Toda inversión en educación debe tener por finalidad el aumentar la calidad de la misma. Sin embargo, pareciera que no se toman en cuentan estudios que demuestran que al explicar el resultado de los alumnos, el efecto de factores como el tamaño de clases o contar con profesores capacitados tiende a desaparecer si se incorporan las condiciones socioeconómicas. Además, se ha comprobado que la implementación de otras políticas, como (1) promover mayor competencia (de modo que las demandas de los padres creen incentivos fuertes en cada escuela), (2) autonomía local en la toma de decisiones (de modo que cada escuela pueda tomar acciones para promover el progreso escolar), y (3) un sistema de rendición de cuentas que identifique las escuelas con buen desempeño, han resultado exitosas.

Entonces, la idea no es aumentar los recursos, sino mejorar los sistemas institucionales, ya que es difícil tener un sistema educativo que funcione bien, sin tener una estructura institucional que lo soporte. Así, un aspecto institucional es que se debe generar competencia, de manera que los colegios se esfuercen por no salir del mercado. En la línea de la primera política, la ausencia de competencia en el sector educativo público dificulta una mejora en la calidad educativa. Friedman propone sistema de vouchers para que alumnos puedan mover de una escuela a otra. En el Perú, implicaría dar vouchers a 15% de la población que tiene recursos y asiste a escuelas privadas. Con esta presión por el lado de la demanda, cada escuela se verá incentivada a producir un sistema educativo eficiente. Sin embargo, los sindicatos de profesores y los grupos administrativos pueden no gustar de la idea de la competencia.

En línea con la segunda política, lo que se buscaría sería descentralizar el sistema educativo nacional. Cabe mencionar se puede tener un sistema educativo centralizado (como Malasia y Corea) o descentralizado (como Nueva Zelanda y Chile), dependiendo de las características del país. En el caso del Perú, la descentralización ayudaría a mejorar la calidad de la educación ya que permite una mejor gestión gracias a una relación más cercana entre los hacedores de política y los receptores de la misma. En este sentido, la descentralización que mejor funciona es a nivel de colegios porque se les da poder a los padres. Así, una solución es descentralizar a nivel de colegios y que la UGEL se encargue de los aspectos administrativos. Cabe mencionar que también se debe descentralizar la toma de decisiones y la capacidad de acción, y no solo el presupuesto y las funciones o responsabilidades que se deben cumplir.

En cuanto a la tercera política, sin lugar a dudas, la rendición de cuentas juega un papel fundamental. Nuevamente, la rendición de cuentas más efectiva sería aquella en que se verifique los resultados de cada profesor, y la mejor forma de monitorear que se estén desempeñando correctamente es mediante exámenes. La idea de los exámenes es que los padres sepan qué pueden exigir y puedan cambiar de colegio a sus hijos. Sin embargo, para evaluar información inter-colegios, se necesita información estandarizada, recogida a través de evaluaciones estándares. En la actualidad existe mucha desinformación por parte de los padres, aún cuando esto perjudica el control que se pueda ejercer sobre los colegios y profesores. Al informar a los padres, se les estaría enterando de los malos resultados. Si bien esto podría provocar deserción escolar, también podría motivar a los padres a exigir más de las escuelas. Cabe resaltar que no existen medidas claras de desempeño, que son necesarias para evaluar si se está avanzando.

Asimismo, otra dificultad que debe ser superada es la baja motivación de los docentes. Esta situación puede ser revertida mediante un sistema de incentivos que haga que dichos agentes se esfuercen. Asimismo, la gente motivada demandará capacitación. Entonces, para que la capacitación sea efectiva, deberá existir un sistema de motivación mediante incentivos. Estos incentivos deberán estar atados a los resultados que se generan debido a la mejor calidad de los docentes, que es la característica del colegio de mayor efecto en el rendimiento de los alumnos. En el gobierno de Toledo se les dio un aumento de sueldo a los profesores que no estuvo condicionado a resultados, por lo que no pueden ser catalogados de “incentivos”. Un buen sistema de incentivos es fundamental para mejorar los resultados educativos y garantizar un uso eficiente de los recursos.

En el Perú, las dificultades que enfrenta el sistema educativo son muchas (destino inadecuado de la inversión en educación, inadecuada estructura institucional, inexistencia de competencia en la educación pública, incipiente distritalización de la educación, inexistencia de estándares de desempeño e inexistencia de un sistema de incentivos). Adicionalmente a los problemas ya mencionados, cabe mencionar la escasa participación de los padres, que podría deberse a la poca valoración de la educación en muchos lugares del país, y que sería revertida si la inversión en educación de calidad rindiera frutos consistentes en el mercado laboral. Adicionalmente, cabe mencionar que en el país existe una sobre-oferta de docentes que, actualmente, son asignados por colegio. La idea es que en el futuro se responda más a la demanda de los padres de familia y la oferta educativa no sea tan rígida.

Finalmente, no se puede dejar de mencionar el desempeño del Sutep, y que este sindicato ha servido de traba para las reformas que se han querido implementar en el sector. La efectividad de las políticas dependerá de cómo se pretenda manejar la oposición de dicho sindicato. Es indispensable que esto sea una prioridad en agenda política y que los hacedores de política dejen de enfocar el problema de la educación desde el lado de los insumos. Lo aquí propuesto podría ser implementado, siempre con fases de experimentación y evaluación. Sin duda, el que se pongan en marcha estas y otras políticas diseñadas por expertos en el tema, dependerá en gran medida de la voluntad política.